El anticiclón se centra
en las Azores, generando, junto con las bajas presiones británicas,
un flujo del noroeste sobre la Península. En la zona norte del país,
este flujo tiene clara curvatura ciclónica asociada al paso del
frente frío generado por la borrasca sobre Gran Bretaña.
La Cornisa Cantábrica recibe todas las precipitaciones, por el forzamiento
topográfico de la cordillera, que "seca" el aire, impidiendo las
lluvias en el resto del país. Es muy destacable el efecto de la
topografía sobre la localización de las precipitaciones (ver
página general del
grupo B).
En 500 hPa, un flujo del oeste/noroeste afecta a toda la península.
Presenta una distribución con máximo invernal y claro mínimo estival.